No se en que parte de mi vida me quedé, pero les platicaré acerca de la parte de mi adolescencia en la que me tocó cuidar a algunos de mis sobrinos.
No se de donde sacaba fuerza para sonreir ante ellos y para tener siempre algo bueno que aportar a nuestra relación, ellos eran casi mis hijos; es decir algunos como Paola y el flaco, en ese tiempo vivian en casa de mi madre igual que yo, su madre se iba a trabajar a entre 4 y 5 de la mañana, entoces me tocaba levantar a Paola, darle desayuno, lonche y mandarla a la escuela; el flaco apenas tenía dos meses, y el muy inoportuno despertaba a las 5 de la mañana, a esa hora comenzaba mi día.
A Karla, Magda y Meño, que vivian a la vuelta, a veces los llevaba a la guardería yo, y a veces solo me tocaba solo recogerlos, y cuidarlos el resto del día. A Pepino me tocaba regerlo y cuidarlo desde que salía de la escuela, hasta que mi hermana Laura llegaba de trabajar.
Cabe mencionar que Paola y Pepino en ese momento iban a la misma escuela, pero Magda iba a otra primaria, Karla y Meño iban a la guardería, y el Flaco, pues a él lo cuidaba todo el día.
Así que debía correr para alcanzar a recoger a todos, además corría con un niño en brazos.
Después de la escuela les daba de comer, y despues debían hacer su tarea, y cuando terminaban nos ibamos al parque a divertirnos.
No había paga por esto, ni siquiera había una gracias, todo mundo lo veia como si fuera mi obligación y hasta me convencieron, pero la verdad es que también me encariñe con los niños quería que tubieran una mejor vida; pero, vamos, sí Gina, mamá de Magda, Karla y Meño nunca me daba dinero o insumos ni siquiera para darles de comer a sus hijos, menos me iba a pagar, pero tampoco merecí un gracias. Patas, madré del Flaco y Paola, a veces me daba dinero o algo para que comiera Paola y Laura amá de Pepino a veces me dejaba comida para su hijo, el que por cierto siempre preguntaba si lo que le estaba ofreciendo de comer lo había cocinado su madre, y si la respuesta era negativa me decía --lo siento pero no puedo comer nada que no sea cocinado por mi madre--.
De donde sacaba para los camiones por ejemplo, seguramente de mi madre y seguramente que de ahí sacaba para darles de comer.
El caso era que yo trataba siempre de hacerlos felices, mi meta siempre era que la vida fuera divertida y ponía mucho empeño en ello, aunque la mayoría del tiempo era complicado porque por ejemplo; Paola era una niña mimada (dentro de lo que cabe), duró 6 años siendo hija unica, así que era un tanto envidiosa quería todo para ella y unicamente para ella, también tenía la costumbre de preguntar hacerca de su las cosas eran originales o no, siempre quería dar instrucciones, es lider por naturaleza; Pepino hasta ese momento era hijo único, hiperactivo, inteligente, flojo para caminar y también preguntaba si las cosas eran originales, siempre con nuevas ideas, él también era lider; Karla era una niña problema que no pedía exigia atención todo el tiempo, además no quería hacer nada, quería que lo hicieran los demás; sin embargo siempre quizo ser protagonista en todo, le costaba trabajo entender su situación económica y social; Meño que era un niño muy noble, preocupado siempre por la naturaleza y siempre dispuesto a ayudar, de muy buenos sentimientos, era hiperactivo; y Magda era la que menos daba problemas era muy obediente, inteligente, entendía perfecto su situación económica y social y sabía como debía comportarse.
Y a pesar de toda esa diversidad yo intentaba siempre hacerlos felices y creo que la mayoría del tiempo lo logre.
Pero el tiempo es implacable y yo también tenía una vida por delante,además un futuro incierto, no tenía estudios, no trabajo solo tenía a los niños que no siquiera eran mios, porque los niños no son de nadie; así que, después de algunos años de cuidarlos, a los 16 decidí no cuidar más a mis sobrinos, por supuesto que mi madre y mis hermanas que normalmente no aprobaban lo que hacía, se molestarios he intentaron obligarme a cuidarlos, pero yo ya lo había decidio y pensaba que era lo mejor para todos, estuvo dificil, pero lo más difícil era saber que me tenía que sepárar de ellos, que los tenía que dejar, que quien sabe quien los cuidaría, se me partío el corazón, es más a veces creo que ese día fue que se congeló. Se murieron mis intenciones de ser feliz y me transforme en lo que soy ahora, un ente que solo hacer lo que tiene que hacer para sobrevivir, sin disfrutar, sin vivir.
Ahora que los he recordado, que he revivido sentimientos, los valoro y les agradeceré infinitamente la oportunidad estar un poco cerca de ellos.
Gracias Paola, Omar, Pepe, Magda, Karla y Meño
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