Hace uno días pasé por ahí, solo queda una pared enorme, que no entendí bien si era parte de el parque de la solidaridad Iberoamericana o quedó en alguna propiedad privada, las calles son confusas por ese lugar, mucho desnivel, además yo conducía y como no sabía bien cual era el camino estaba atenta a muchas cosas a la vez; sin embargo eso no me privó de disfrutar de los recuerdos.
Eramos 7 hermanos, y teniamos solo dos bicicletas, así que viajabamos 3 en una y 4 en otra; el ó la que viajaba sentad@ en el manublio hacía que la conductora tuviera una visibilidad casi nula, así que el del manublio era los ojos del conductor, que no siempre era el que pedaleaba. Todo iba más o menos bajo control hasta que llegabamos a esa calle con una inclinación tal que hacia latir nuestros corazones, además era empedrado, presisamente por eso a veces llevabamos almohadas para hacer más comodo el viaje. Era tal la diversión que mis hermanas se orinaban de la risa, eso era como una ley, entonces al terminar lo empinado de la calle, que era donde se encontraba la presa, se veian obligadas a meterse al agua, para que no se notara su relajamiento de esfinter, y ellas bien dicimuladas se ponian la almohada por detras para ocultar la marca de su felicidad.
El agua de la presa era tan elada que ni siquiera soportabas estar mucho tiempo dentro, pero no importaba, todos nos bañabamos, aunque no tuvieramos marcas de felicidad, aunque no supieramos nadar.
Nuestras edades eran de 3, 5, 8, 12, 13, 14, 15, así que estabamos bien chavos todos, eramos una bola de mocosos irresponsables, desmadrosos, ávidos de protagonismo y felices.
Recordar todas esas acciones me devolvio la sonrisa por varios días, pero recordar la sensación que eso me provocaba me mantine sonriendo al escribir estas líneas, era una sensación de plenitud, de tanto gusto que no cabe en el pecho; me sentía importante, poderosa, invencible y muy muy feliz; ahí ibamos todos los hermanos desafiando a la vida con un par de bicicletas y una pendiente, con la felicidad que te da la incociencia, con la tranquilidad que te da pertencer, con la fuerza de un espiritu nuevo.
Tuesday, June 16, 2009
Thursday, June 04, 2009
La comida y yo
Ya había comentado en entradas ateriores de la precaria situación que viviamos, cuando era niña; también hable de que yo era tan mala para comer, que me parecia excelente que no hubiera nada que comer; así nadie me iba a torturar conque me comiera la sopa o algo; porque bueno cuando teniamos para comer, no era precisamente lo que ahora yo llamo comida, era más bien tener algo que llevarse a la boca a la hora de comer, en fin.
Por otra parte no puedo recordar desde cuando tengo este espíritu de competitividad, tenía que ser mejor, tenía que demostrarles a todos, pero sobre todo a mis hermanas a Ramón y a mi mamá que era posible salir adelante y que nada me detendría. Ahora que lo analizo detenidamente pienso que de ahi viene mi resistencia al almento, una de las cosas que odiaba era ver a mis seres queridos derrotados por el hambre, tristes y conmiserados, así que tal vez decidí que no tendría hambre y tal vez creí que de esa manera sería más fuerte para luchar, para salir adelante.
Ese espíritu me llevó, tanto a salir adelante como a cometer tonterías, entre otras a dejar de comer.
Cuando era muy pequeña, porque engañaba al hambre con una tortilla o con un puño de azúcar, cuando había y cuando no, solo olia la comida de alguna casa y me imaginaba que estaba llena.
Después, más o menos a los 12 años cuando se me encomendó la tarea de hacer de comer para Edith, Ramón mi mamá y yo, a veces como no había suficiente dinero y yo además era la encargada de administrarlo pues compraba solo para ellos y mientras preparaba la comida, con el olor funcionaba ese viejo truco de sentirme llena, cuando me preguntaban decia que ya había comido y solo los veia comer, así pasó más a menos hasta los 16, hata que trabajé de manera un poco más constante.
Teniendo un sueldo es más fácil comer, pero creo que ya era tarde, ya me habia hecho a la idea, pues gastaba mi dinero en mis hermanas y en mis sobrinos, pensaba que ellos necesitaban más que yo.
Más o menos a los 18 entre a trabajar a la FIL y aprendía tanto ahí, y tenía tanta hambre de aprender que me olvide de comer y hasta de beber, así como que no quiere la cosa, cai en la anorexia, me di cuenta cuando tuve un pequeño mareo, revise hacía atrás y me di cuenta que llevaba 4 dias sin comer ni beber nada, y revisé más atrás y vi que esto pasaba seguido, es decir, a veces comia y muchas veces no.
Ya como a los veintitantos, cuando por fin pude regresar a la escuela pues se volvió a complicar la cosa, entre que solo trabajaba medio tiempo y tenía que contribuir al gasto de la casa, pues mis posibilidades de alimentarme otra vez se vieron amenazadas; otra vez la tecnica de oler la comida me funcionaba, pero, medio me recuperé en gran parte gracias a Yu o por lo menos estuve un poco más estable, recuerdo que ella llegaba todos los días con un lonche, buenisismo por cierto, para mi porque de seguro no había comido nada y no tenía dinero para comprar nada.
Ahora ya no tantas carencias y afortunadamente comida si hay, pero desafortunadamente no me la como, porque siempre que tengo un pretexto para no hacerlo, ahora mi principal pretexto es el tiempo y vuelvo al inicio y dejo de comer porque erroneamente creo que soy fuerte, y a veces solo come mi hijo y yo lo veo, porque según yo no alcanzo; admito tambén que ahún utilizo el recurso del olor; y me doy vergüenza por eso. Es verdad que es complicado mi ritmo de vida y que hay poco tiempo para todo, pero eso de no comer, es una lastre que vengo cargando desde hace muchos años.
Pero eso va a cambiar, parecerá increible, pero creo que este es uno de los peores mountruos a los que me he enfrentado, sin embargo, se que esta en mi, y se que lo voy a lograr.
Por otra parte no puedo recordar desde cuando tengo este espíritu de competitividad, tenía que ser mejor, tenía que demostrarles a todos, pero sobre todo a mis hermanas a Ramón y a mi mamá que era posible salir adelante y que nada me detendría. Ahora que lo analizo detenidamente pienso que de ahi viene mi resistencia al almento, una de las cosas que odiaba era ver a mis seres queridos derrotados por el hambre, tristes y conmiserados, así que tal vez decidí que no tendría hambre y tal vez creí que de esa manera sería más fuerte para luchar, para salir adelante.
Ese espíritu me llevó, tanto a salir adelante como a cometer tonterías, entre otras a dejar de comer.
Cuando era muy pequeña, porque engañaba al hambre con una tortilla o con un puño de azúcar, cuando había y cuando no, solo olia la comida de alguna casa y me imaginaba que estaba llena.
Después, más o menos a los 12 años cuando se me encomendó la tarea de hacer de comer para Edith, Ramón mi mamá y yo, a veces como no había suficiente dinero y yo además era la encargada de administrarlo pues compraba solo para ellos y mientras preparaba la comida, con el olor funcionaba ese viejo truco de sentirme llena, cuando me preguntaban decia que ya había comido y solo los veia comer, así pasó más a menos hasta los 16, hata que trabajé de manera un poco más constante.
Teniendo un sueldo es más fácil comer, pero creo que ya era tarde, ya me habia hecho a la idea, pues gastaba mi dinero en mis hermanas y en mis sobrinos, pensaba que ellos necesitaban más que yo.
Más o menos a los 18 entre a trabajar a la FIL y aprendía tanto ahí, y tenía tanta hambre de aprender que me olvide de comer y hasta de beber, así como que no quiere la cosa, cai en la anorexia, me di cuenta cuando tuve un pequeño mareo, revise hacía atrás y me di cuenta que llevaba 4 dias sin comer ni beber nada, y revisé más atrás y vi que esto pasaba seguido, es decir, a veces comia y muchas veces no.
Ya como a los veintitantos, cuando por fin pude regresar a la escuela pues se volvió a complicar la cosa, entre que solo trabajaba medio tiempo y tenía que contribuir al gasto de la casa, pues mis posibilidades de alimentarme otra vez se vieron amenazadas; otra vez la tecnica de oler la comida me funcionaba, pero, medio me recuperé en gran parte gracias a Yu o por lo menos estuve un poco más estable, recuerdo que ella llegaba todos los días con un lonche, buenisismo por cierto, para mi porque de seguro no había comido nada y no tenía dinero para comprar nada.
Ahora ya no tantas carencias y afortunadamente comida si hay, pero desafortunadamente no me la como, porque siempre que tengo un pretexto para no hacerlo, ahora mi principal pretexto es el tiempo y vuelvo al inicio y dejo de comer porque erroneamente creo que soy fuerte, y a veces solo come mi hijo y yo lo veo, porque según yo no alcanzo; admito tambén que ahún utilizo el recurso del olor; y me doy vergüenza por eso. Es verdad que es complicado mi ritmo de vida y que hay poco tiempo para todo, pero eso de no comer, es una lastre que vengo cargando desde hace muchos años.
Pero eso va a cambiar, parecerá increible, pero creo que este es uno de los peores mountruos a los que me he enfrentado, sin embargo, se que esta en mi, y se que lo voy a lograr.
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