Algunas veces cuando recuerdo lo sencillo que me resultaba la vida en la adolescencia, me gustaría tener ese entuciasmo nuevamente, pero algunas otras me gana la amargura y pienso que todo eso son cursilerias.
Hoy recorde el juego del tobogan y no me parece para nada una cursilería, era muy divertido.
Cuando era niña me gustaban mucho los resvaladeros mientras mas peligrosos pareciaran mejor, pero nunc aencontre uno lo suficientemente peligroso que me emosionara tanto como el que hize.
Metocaba cuidar a mis sobrinos, cuyas edades oscilaban entre los 2 y los 6 años, Paola, Magda, Pepé, Carla y Meño.
Y mi unica intención era divertirlos para que no me dieran lata, sirve que de paso me divertía yo también.
Constantemente estaba imaginando nuevas formas de divertir a los niños, y como todos tenía personalidades terriblemente diferentes, lo más convincente para ellos era que yo me divirtiera también.
Así que fui la primera en lanzarme sobre el tobogan que hice con colchones desde el primer cuarto del primer piso hasta la planta baja; no tube que fingir fue una divertida sensación ir golpeando con todo sin control pero todo estaba cubierto con colchones así que no dolía.
en seguida se aventó Pepé que era el mas atrevido y poco a poco se fueron animando los demas, yo como si fuera una de ellos apenas llegaba abajo, subia corriendo y me aventaba de nuevo, pronto todos estabamos en el juego y así pasó casi todo ese día.
Era mi obligación cuidar a mis sobrinos, no se porque, nadie me pagaba por ello, sin embargo a parte de que los amaba, la diversión era constante, quien podía quejarse de ese "trabajo"
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