Hoy amanecí gorda eso me motivó a contar esta historia...
Tenía apenas 8 años cuando empezó a dolerme el pecho, como no me iban a dar aquellos dolores si me salió tremendo corazón, antes lo consideraba injusto pero ahora ya casi perdono a la vida por hacerme esto.
Hasta esa edad llevaba una vida muy activa, jugaba futbol, corría, trepaba a los árboles, entonces tenía mucha energía para gastar, pero me tuve que detener por dos razones de mucho peso.
Esta fue la parte que mas odié de la pubertad, cuando la mayoría de las niñas jugaban tranquilamente sin notar diferencias entre hombres y mujeres, yo tenía que cuidarme y procurar que no se notara, como estaba la situación económica en mi casa pues no había para sostenes, así que no usaba solo usaba doble camiseta y la de encima tenía que ser muy amplia para ayudar a disimular los tamaños.
Otra de mis técnicas para ocultarlo era jorobarme a tal grado que Cuasimodo se quedaba pendejo junto a mi; me emocionaba la idea de tener algún día dinero para operarme y quitarme un poco de lastre; tenía apenas 12 años y ya era copa c y como talla 36, aunque si me lo regalaban usaba cualquier talla, bueno 28 no, porque nunca me quedó.
Lo bueno es que no necesité cirugía, bastaron 4 años de arduo entrenamiento en el equipo de natación de la Universidad de Guadalajara.
Ahora ya tomaron su tamaño normal y solo me molestan cuando subo de peso, pero lo mas importante es que ya las acepto.
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