Mi infancia no fue ni mas, ni menos de lo que fue para otros niños de mi nivel social, pero es algo que recuerdo con cariño.
Tengo la imagen de mi madre llorando con la desesperación de no poder alimentarnos o satisfacer nuestras necesidades primarias, mis hermanos peleando porque la comida no estaba repartida en partes iguales, tengo el recuerdo de todas esas carencias.
Sin embargo, lo que me parece triste es que les hubieran mutilado los sentidos y con ellos la sensibilidad. Siento pena por mi "familia", porque estaban tan envueltos en las carencias que no podían disfrutar de las cosas abundantes que son de todos y suficientes para todos, como los rayos del sol, como la lluvia, como los colores.
La casa de mi madre se encuentra frente a un parquecito, que en mi infancia era como un bosque, en el que jugué, soñé y me divertí sin importarme la situación económica, sin importarme siquiera la cuestión alimenticia, ya que era malísima para comer.
Uno de los juegos que mas me divertía, era después de la lluvia salir descalza a caminar por los charcos y poner cualquier objeto que flotara simulando un barquito.
Es increíble lo feliz que te pueden hacer las cosas que son de todos, y que a veces no vez.
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